Una de las ventajas de tener nuestro negocio en España es que no solo disponemos de un buen mercado nacional sino que, por idioma y acuerdos internacionales, contamos con casi un continente entero donde poder trabajar. Por otro lado, nuestro país forma parte de una Unión Europea donde, aparte de la ausencia de fronteras económicas, los clientes nos quedan más cerca y eso nos enseña a la atención al cliente en varios idiomas
En la actualidad, la UE está configurada por 27 estados y mantiene acuerdos comerciales con otras naciones en la llamada área SEPA. Esto nos abre un abanico de oportunidades inmensas para prestar nuestros servicios o efectuar ventas con suma facilidad. Es más; gracias a nuestra condición de estado integrante de la Unión Europea, contamos con un currículum excelente de cara a abrir nuevas líneas de negocio en prácticamente cualquier parte del planeta.
Sin embargo, hay un problema. La propia Unión Europea tiene en común la economía, pero disparidad de idiomas. Nuestro continente es un crisol donde se funden multitud de lenguas. Aquí se habla alemán, francés, italiano, neerlandés, danés, inglés, griego, español, portugués, finés, sueco, checo, eslovaco, esloveno, estonio, húngaro, letón, lituano, maltés, polaco, búlgaro, irlandés, rumano y croata. Si a esto le añadimos el resto del mundo, comprenderemos la importancia de ofrecer atención telefónica a los clientes en varios idiomas.
Una comunicación eficaz la atención al cliente en varios idiomas.
«Hablo en italiano con los embajadores; en francés, con las mujeres; en alemán, con los soldados; en inglés, con los caballos y en español con Dios». Esta cita, así de primeras, nos puede dar la impresión de que la pronunció un loco. Pero no; se trataba de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Románico Germánico, que demuestra dos cosas: que en el pasado los títulos sonaban mucho más contundentes que ahora y que la importancia de manejar varios idiomas era caótica, empero, la clave de gobernar un Imperio.
Sin ánimo de llegar tan lejos, lo que sí que es cierto es que, para poder dar una atención telefónica profesional y de garantías a los clientes, debemos saber manejar varios idiomas. O, cuanto menos, el inglés. Al fin y al cabo, se trata del idioma oficial de los negocios.
Todo dependerá, por supuesto, del nicho de mercado en el que nos manejemos. Pero, tarde o temprano, recibiremos un correo o una llamada de alguna persona que no habla bien nuestro idioma. La única manera de poder atenderlo como corresponde es a través de su lengua o el comodín del inglés. De esta manera, la comunicación fluirá de manera eficiente. Esto repercutirá, por supuesto, en que el contacto se mantenga activo desde ese momento para siempre.
Una imagen espejo de la realidad
La forma en la que nos expresamos dice mucho de nosotros mismos. Cómo gesticulamos, los formalismos que empleamos o la capacidad de ir al grano sin dispersarnos determina la imagen profesional que se proyecta en los demás. También la confianza, seguridad y saber hacer que tenemos en nuestro trabajo.
Algo que aprecian los clientes de cualquier negocio con el que trabajen o empleen sus servicios no solo es el resultado o calidad del mismo, sino el trato que reciben. Por regla general, asociamos un buen trato a una buena eficiencia laboral. Es cierto que los hechos valen más que mil palabras. Pero, para la atención telefónica, los hechos son las palabras.
Por tanto, si no somos capaces de transmitir a la gente que no hable español el mismo mensaje que transmitimos a nuestros clientes nacionales, los primeros percibirán una imagen de calidad muy distinta que los segundos. Sería una lástima que, después de tanto trabajo, esfuerzo y dedicación, todo eso que hemos logrado construir se derrumbe como un castillo de naipes. Y todo por no saber reflejar esa realidad con otras palabras.
Un efecto sorprendente la atención al cliente en varios idiomas
Si tienes dudas al respecto de la efectividad de contar con un servicio de atención telefónico en varios idiomas, «confía en el tiempo, que suele dar dulces salidas a muchas amargas dificultades» (Cervantes, La Gitanilla, 1693). El mundo en el que vivimos está cada vez más conectado. Tanto para lo bueno como para lo malo (la pandemia de coronavirus es un claro ejemplo de esto). Es, precisamente, durante los períodos de dificultades cuando más se buscan soluciones en otros lugares. Pero, también los momentos buenos propician el interés por encontrar mercados que favorezcan la expansión.
Los servicios de atención al cliente a través de diferentes idiomas son la solución a esa variedad de lenguas dentro de un mundo que reduce sus fronteras. Hemos visto que permite la comunicación efectiva dentro de la Unión Europea y allegados, que transmite de manera fidedigna la realidad de nuestro trabajo y que da luz verde a la expansión en nuevos mercados. Pero, a su vez, de forma retroactiva, genera una sensación distinta entre los usuarios nacionales. Porque modifica el carácter local que antes tenía por el de internacional. Es decir, más grande, profesional y resolutivo.