Telesecretariado y externalización: mitos y realidad

En general, cualquier cambio tecnológico tiende a verse con cierto desprecio. El telesecretariado y externalización no suponen ninguna excepción en este sentido. Porque los mitos y realidad sobre su utilidad o eficiencia están a la orden del día. Como también le sucedió a dos de las herramientas con las que trabaja.

Por ejemplo, al teléfono lo tildaron de juguete cuando se propuso su comercialización. Después, el director de Motorola dijo que los móviles jamás reemplazarían al teléfono fijo. Entre medias, Ken Olson afirmó que no veía ninguna razón para que la gente tuviese una computadora en su casa… ¡y eso que era el fundador de Digital Equipment Corporation! Ahora, su empresa pertenece a Hewlett-Packard. Y tú estás leyendo este artículo en tu ordenador personal o en tu móvil.

Sin embargo, los argumentos esgrimidos en su momento tenían bastante lógica. Al fin y al cabo, los primeros teléfonos contaban con muchas limitaciones, similares a la de los grandes, caros y pesados móviles en los 80. Respecto a los ordenadores, bueno, resultaban más prácticos en una oficina que dentro del hogar. Por eso es importante el origen de los mitos antes de tomarlos como realidad.

Cuándo aparece el telesecretariado y externalización

Los casos que acabas de leer muestran que la evolución existe, pero tarda un tiempo largo en asentarse. La primera vez que usé Internet apenas se conocía en España, aunque su utilidad estaba sobrevalorada.

La funcionalidad más práctica que poseía era la comunicación, en especial el correo electrónico. Cierto, podías acceder a información y bajarte cosas. No obstante, iba lento, muy, muy lento. Te daba tiempo a limpiar la casa mientras descargabas un documento. Además, si no sabías inglés, te enterabas de nada.

Por suerte, la velocidad aumentó al mismo ritmo que los contenidos en español. Con el tiempo, cumplió con las expectativas que había generado al principio. De hecho, las superó cuando el mundo virtual encontró alojamiento en la nube. Porque, a partir de ese momento, la forma de trabajar cambió de la noche a la mañana.

Todo este rollo que te he soltado se debe a que, a partir de este momento, aparecieron servicios nuevos a través del nuevo medio. Sin ir más lejos, el telesecretariado y externalización. Como toda novedad tecnológica, tenía sus contras. Por tanto, ahora descubrirás qué queda de cierto en ellas y cuáles se han convertido en mito.

Mitos vs realidad del telesecretariado

He escogido los tres mitos más populares para que tengas una imagen más precisa de cómo se encuentra el telesecretariado y externalización en la actualidad. Cada una de estas visiones representa un fuerte generador de opinión, así que considero que te servirán de gran ayuda para comprender mejor la realidad de su funcionamiento. Dicho esto, comenzaré con el más importante: su precio.

Lo barato sale caro

Cierto.

Siempre y cuando, por supuesto, el resultado sea negativo. En caso contrario, lo llamamos chollo. El motivo de este mito es que empleamos el precio como baremo de calidad entre productos o servicios. Esto tiene sentido cuando comparamos dos elementos iguales, pero no si son diferentes.

A pesar de que realicen la misma función, una secretaria física y una virtual son entidades distintas. Porque la primera es una persona y la segunda un servicio.

De manera resumida, el telesecretariado y externalización es lo que pagas por un trabajo sin gastos de contratación, impuestos, convenio, materiales y espacio. Descuéntalos antes si quieres comparar el coste real de cada una.

No te puedes fiar de lo virtual

Tampoco de las personas.

Si tienes dudas sobre la seguridad del telesecretariado y externalización, consulta las opiniones de sus usuarios. En general, los niveles de satisfacción son altos, dependiendo del proveedor que mires.

El motivo es muy sencillo. Por un lado, quien no está satisfecho dispone de canales públicos en la red donde expresar su desencanto. Por el otro, un empleado puede cambiar de aires cuando le apetezca. Pero, un servicio, quiere mantener y atraer a la mayor clientela posible. ¿Quién crees que se preocupará más por cuidar la calidad de su trabajo?

Desconocimiento del telesecretariado y externalización

Es posible.

Yo me enteré de la existencia de Internet porque trabajaba con americanos. Cuando hablaba sobre esta tecnología con mis conocidos, me miraban con cara rara. Hasta que descubrían en qué consistía.

Tal vez el telesecretariado te suene también raro a ti. Normal; se trata de un servicio característico de las grandes empresas. Pero confundes a la persona física con la virtual. Si quieres saber cuáles son sus beneficios para negocios más pequeños, puedes consultar una entrada anterior en este blog. Aquí te dejo el enlace.

Sin embargo, me cuesta creer que no hayas oído nada sobre la externalización. ¿Has pedido comida a domicilio recientemente? ¿Trabajas con una gestoría para los temas de tu empresa? Este concepto de trabajo es, sin duda alguna, el más demandado en todos los sectores actuales, ya que permite aumentar tu competitividad a bajo coste.