Los beneficios de sonreír al teléfono

Los amantes del cine recordarán, seguro, el nombre de Ava Gardner. Porque esta actriz, además de ser conocida por películas como Show Boat o Mogambo (por la que fue nominada para el Óscar a mejor actriz), posee un galardón de mayor transcendencia para nuestro artículo: el premio a la mejor sonrisa de la historia. Lo que está claro es que sonreír es un verdadero arte. Eso sí, la sonrisa solamente es efectiva cuando se produce de manera genuina, sin forzar. De hecho, se han realizado estudios para comprobar su espontaneidad, hasta el punto de encontrar el parangón de la felicidad natural en la llamada
sonrisa de Duchenne. Sin embargo, no es la forma ni los músculos empleados quienes se van a convertir en el centro de nuestra atención, sino los efectos que produce curvar los labios a la hora de responder una llamada de teléfono y los beneficios de sonreír al teléfono.

La importancia y beneficios de sonreír al teléfono

¿Para qué nos sirve y los beneficios de sonreír al teléfono? La respuesta la encontraréis en el siguiente apartado.

La sonrisa modifica el estado de nuestro organismo. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que también afecta a nuestro tono de voz. Por una simple cuestión física: al activar los músculos faciales, tensamos de forma distinta nuestras cuerdas vocales.

Este hecho provoca que la voz suene distinta de lo normal. Dicho de otra manera, nuestra voz también sonríe. Y si una sonrisa en la cara produce un efecto inmediato a los ojos de quien la ve, lo mismo sucede con los oídos de quien la escucha. Es aquí donde todos los efectos que hemos visto con anterioridad vuelven a cobrar importancia, puesto que vamos a transmitir nuestro estado anímico a la persona que nos oiga hablar, provocando su empatía amistosa al otro lado del aparato. Por supuesto, los resultados se notan antes si la persona se encuentra en un estado neutro –receptivo- que cuando está alterado –no receptivo.

Es importante prestar atención a este detalle. Alguna llamada que recibamos provendrá de algún cliente airado. Un exceso de cordialidad puede provocar el efecto contrario al que deseamos. Porque decir «lo siento» sonriendo suena a burla por nuestra parte. Si escuchamos demasiada tensión, es mejor mostrar empatía para igualar ambos estados empleando un tono más neutro. Cuando la furia pierda intensidad, podremos volver a transmitir optimismo lentamente.

En lo que a la atención telefónica se refiere, la sonrisa juega un papel crucial a la hora de responder a una llamada. Recordad que lo primero que percibe la persona al otro lado del aparato va a ser nuestro tono. Esa será la primera imagen que reciba de nuestro negocio. Antes hemos hablado de la impresión amistosa que provoca una sonrisa. También de la confianza. Un tono de voz generado por una sonrisa indicará ambas cualidades al oyente. Tenedlo muy en cuenta si queréis aumentar la cartera de clientes en vuestro negocio.

¿Qué beneficios produce sonreír? 

Pon la cara seria y mírate en un espejo durante dos minutos. Ahora, repite la misma operación mientras sonríes. ¿Qué sientes al hacerlo? En efecto, a medida que pasan los segundos, notas una sensación de optimismo recorriendo tu cuerpo. Te parecerá extraño que ese cambio emocional se pueda producir simplemente con activar una serie de músculos del rostro. Sin embargo, ese acto es suficiente para que tu cerebro interprete el gesto como muestra de alegría. A esto se le llama retroalimentación facial. Y es contagiosa.

Podías haber realizado el mismo experimento sin necesidad de emplear un espejo, obteniendo idénticos resultados. Pero la razón de que te pidiese hacerlo es muy sencilla: comprobar el efecto que produce ver a una persona sonriendo. Francamente, es la mejor manera con la que vas a entender el siguiente concepto:
las neuronas especulares, un tipo de neuronas que nos ayudan a imitar comportamientos ajenos. Dicho de otra manera, cuando ves a alguien sonreír, el optimismo que transmite lo quieres para ti.

Pues ya que nos hemos metido en temas científicos, vamos a profundizar un poco más en la sonrisa. Durante los dos minutos que has permanecido inmóvil y sonriente frente al espejo, tu cerebro ha estado liberando una serie de hormonas. En concreto, dopamina, serotonina y endorfinas. Pero primero suelta neuropéptidos, unas pequeñas moléculas que activan la comunicación emocional. En el caso de la sonrisa, ayudan a liberar el estrés. O sea, producen tranquilidad. En cuanto actúan las tres hormonas citadas, el cuerpo se relaja, disminuye la presión arterial y la frecuencia cardiaca rebaja su ritmo. La calma obtenida es lo que produce la sensación de alegría.

Por otro lado, la sonrisa tiene la virtud de transmitir esa paz y felicidad de tal manera que, quien nos vea, nos asocie al instante como una persona amistosa. Una vez más, la naturalidad de la sonrisa determinará el grado de verosimilitud que ofrezcamos, pues de sobra conocemos la sonrisa de un timador como la de un pícaro seductor. No obstante, la felicidad verdadera también se asocia a la confianza.