ERTE: qué es y cuándo se puede aplicar en una empresa
Para saber qué es un ERTE, debemos saber que estas siglas recogen el llamado Expediente de Regulación Temporal de Empleo. Es decir, que se trata de una medida laboral que pueden ejecutar las empresas para suspender la contratación de sus empleados durante un periodo de tiempo determinado.
Qué es un ERTE
Hay momentos en los que la actividad económica sufre un parón brusco, continuado y sin previsión de solución a corto o medio plazo. Por ejemplo, durante una crisis. Esto obliga a las empresas a tomar una decisión al respecto para garantizar la supervivencia. Una de las más conocidas consiste en reducir el número de empleados mediante el ERE.
Sin embargo, esos momentos de recesión pueden deberse a circunstancias excepcionales. De hecho, suelen producirse por causas ajenas al comportamiento de los mercados. Es decir, que no se trata de un parón sino de una pausa. Cuando esto sucede, la empresa puede despedir a parte de la plantilla, pero de manera temporal. Además, una vez superado el periodo de inactividad, esos empleados regresarán a su puesto de trabajo, bajo las mismas condiciones contractuales anteriores.
Cuándo se puede aplicar un ERTE
Según indica la ley, solo se autoriza el ERTE en caso de fuerza mayor. Además, requiere de la aprobación de un Real Decreto-Ley donde figuren las situaciones excepcionales por las que se puede aplicar este mecanismo laboral.
Esto quiere decir que ninguna empresa puede reducir su plantilla de manera temporal por voluntad propia. Como hemos visto, el ERTE no depende únicamente de las circunstancias del mercado sino también de la autorización estatal para su ejecución.
Tipos de ERTE
En primer lugar, el ERTE sirve para controlar un desajuste inesperado en el mercado. Recordemos que solo se aplica cuando las circunstancias que lo provoquen se consideren excepcionales. De hecho, no se trata de un mecanismo habitual en el entorno corporativo. Por lo tanto, está sujeto a las especificaciones legales correspondientes.
De esta manera, la legislación española autoriza los siguientes tipos de ERTE:
- ERTE por reducción de la actividad laboral.Permite la reducción de plantilla entre un mínimo del 10% hasta un máximo del 70% de la misma. Alternativamente, también autoriza a disminuir las horas o días de la jornada laboral de los empleados.De esta manera, la empresa sigue operativa, pero mediante el trabajo de los trabajadores considerados como esenciales para su funcionamiento. Cuando el período excepcional haya terminado, los trabajadores afectados volverán a sus puestos bajo las mismas condiciones laborales previas.
- ERTE por suspensión de la actividad laboral.A diferencia del ERTE anterior, aquí la actividad laboral se paraliza por completo durante un período de tiempo. No obstante, una vez pasado ese plazo, la plantilla completa se reincorporará de nuevo bajo las mismas condiciones.
Sin embargo, la ley no contempla plazos mínimos o máximos respecto a la duración del ERTE. Esta indeterminación es lógica, porque las circunstancias excepcionales que los provocan carecen de estimaciones temporales. En resumen, los plazos vendrán determinados por el propio gobierno en función de la evolución de la propia situación.
Cómo afecta a los ingresos de los trabajadores
Con respecto al tema de la nómina de los empleados afectados por el ERTE, su situación es idéntica a la de un despido normal. Como consecuencia de esto, la Seguridad Social se encarga de proporcionarles una prestación del 70% de la base reguladora estipulada en sus contratos. No obstante, este porcentaje se reducirá al 50% cuando hayan transcurrido 6 meses tras la ejecución del ERTE.
Es decir, que los trabajadores perciben el paro. Aunque, en realidad, esta prestación no debe considerarse como tal, puesto que el verdadero paro que les corresponde no se deduce del mismo. Así que el tiempo acumulado para su posterior prestación por desempleo mantiene su antigüedad, sin verse afectada por esta prestación extraordinaria.
Por otro lado, toda esta normativa está sujeta a las características de la circunstancia excepcional que haya provocado esta situación. Por consiguiente, los trabajadores pueden percibir unos ingresos superiores a los establecidos por la ley.
Qué ventajas ofrece
Antes de nada, el objetivo de esta medida laboral busca un equilibrio beneficioso tanto para las empresas como para los trabajadores. Las fuerzas de causa mayor son imprevisibles, como ya sabemos. Por lo tanto, cuando surgen, las decisiones laborales pasan a depender de un organismo estatal y no a particulares.
Así, lo que el ERTE pretende es que la empresa pueda reducir sus gastos fijos para evitar su quiebra mientras dure el periodo excepcional del mercado. A su vez, los trabajadores conservarán su puesto de trabajo, a pesar de que sus ingresos sufran una ligera reducción. En definitiva, ambas partes reducen su capacidad económica a cambio de no desestabilizar la estructura de la fuente de trabajo.
Pero los ERTEs protegen a los empleados de otra manera. Porque les garantiza que no podrán ser despedidos más adelante, cuando regresen a su puesto de trabajo. Al menos, durante 6 meses.
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